La actividad turística y la dinámica en las relaciones de los hogares de José María Morelos durante el año 2010.
Resumen
La inexistencia de información estadística que permita la medición de los impactos generados por la violencia intrafamiliar a nivel estatal y local hace que la erradicación o disminución del problema sea imposible. Organismos como el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) y a nivel estatal el Consejo para la Asistencia y Prevención de la Violencia Intrafamiliar (CONAPREVIQROO) requieren de datos e información para profundizar en el conocimiento del fenómeno de la violencia hacia las mujeres, con el objeto de dimensionar la problemática y tener la posibilidad de elaborar políticas públicas de mayor incidencia.
Según el INEGI (2003) se identifican cuatro tipos de violencia contra la mujer o hijos, física, psicológica, sexual y económica. “La más visible o evidente es la violencia física, que supone que la agresión se dirige básicamente al cuerpo de la mujer, lo que traduce un daño, o un intento de daño, permanente o temporal, de parte del agresor sobre el cuerpo de ella” (pág. 97). Cuando se habla de daño se enfatiza en el aspecto físico, se puede medir el número de hematomas o rasguños, el número de ocasiones donde se agredió, sin embargo, el daño tanto emocional como moral es difícil de calcular.
Por otra parte, la violencia psicológica puntualiza los efectos de los chantajes, humillaciones, amenazas, insultos, burlas e intimidaciones en la mente de la víctima. La violencia sexual es la obligación física o psicológica para realizar actos sexuales con o sin el consentimiento de la persona. La violencia económica se refiere al control del ingreso monetario por parte del hombre ya que como único o principal proveedor decide cómo, cuándo, y donde se gaste el ingreso.
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